SIN HUELLA ECOLÓGICA



Hoy en día los problemas ambientales derivados de la industria de la construcción son enormes, no solo en sus gastos energéticos para la transformación y el transporte de los materiales, sino también en su cantidad de residuos  inutilizables y degradantes para el entorno.

Tenemos bajo nuestros pies un tesoro de material constructivo: la tierra cruda. Hoy tenemos la experiencia y los recursos para dotar a una casa de tierra con un gran confort térmico, una durabilidad  para las posteriores generaciones y un ambiente en casa de lo más saludable. Todo esto, con una ínfima parte  de los gastos energéticos y la huella ecológica que suponen el cemento armado, el acero, el aluminio y las invenciones de la industria petroquímica

En una casa de barro se utiliza la Madre Tierra directamente, mezclada con elementos vegetales, además a ésta podrán volver los escombros en forma de terrones, en el caso que se abandone  la morada durante demasiados siglos.

Junto con la madera, la tierra cruda es el material constructivo que más hemos utilizado para dar  protección a la humanidad desde sus primeros asentamientos hasta 1850 y la revolución industrial.

Por lo tanto, elegir la tierra para su casa es cuidarse localmente y pensar globalmente...